Esto es un tema que ha estado presente en todo el mundo y República Dominicana no es una excepción. Aunque el glaseado es una práctica común para prolongar la vida útil y mejorar la apariencia de los productos del mar, algunos comerciantes sin escrúpulos están abusando de esta técnica, agregando una cantidad excesiva de hielo o sustancias químicas para aumentar el peso del producto y su precio.
El glaseado excesivo en los productos del mar tiene varios efectos negativos en los consumidores, desde la reducción de la calidad del producto hasta el engaño al consumidor, quienes piensan que están comprando más producto del que en realidad están adquiriendo. ¿El resultado? Un aumento en el precio del producto, donde los consumidores pagan por agua congelada en lugar de pescado o marisco.
¿Cómo abordar este problema? En la región, las autoridades han implementado medidas regulatorias para abordar esta problemática. Sin embargo, en la República Dominicana, aún no se han adoptado medidas regulatorias. Entre las medidas regulatorias implementadas en otros lugares, se incluyen la certificación del peso neto en las etiquetas de los productos comercializados, la prohibición de comercializar productos del mar que excedan el límite de glaseado permitido y la imposición de multas a los vendedores que infrinjan las regulaciones.
Los consumidores también pueden tomar medidas para evitar el glaseado excesivo, comprando productos del mar en lugares confiables y de buena reputación, revisando la información del etiquetado y pesando el producto antes y después del descongelamiento para asegurarse de que no están pagando por agua congelada.
En conclusión, el glaseado excesivo en pescados y mariscos es un problema que puede ser evitado por los consumidores y regulado por el gobierno. Si bien aún no hay medidas regulatorias en la República Dominicana, los consumidores pueden tomar medidas preventivas para asegurarse de que están adquiriendo productos de calidad y evitando ser engañados.
El gobierno debe tomar medidas regulatorias para garantizar que los comerciantes cumplan con las normas y sancionar a aquellos que no lo hagan. ¡No te dejes engañar defraudar!
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